martes, 9 de septiembre de 2008

Presión de las masas


Bajo la presión de las masas, el gobierno de la UP fue bastante más lejos de lo previsto por muchos de sus dirigentes. El esquema mecanicista del estalinismo de una división artificial entre las tareas democrático-burguesas y las tareas de la revolución proletaria quedó roto por el movimiento de las masas. El gobierno Allende llevó a cabo medidas importantes de nacionalización, que representaban un duro golpe contra los intereses de la oligarquía.


Las medidas de chilenización del gobierno Frei habían reducido al 49% la industria del cobre en manos de los grandes monopolios norteamericanos, como Anaconda o Kennecott Copper, a los que Frei pagó enormes indemnizaciones (80 millones de dólares a Kennecott Copper entre 1967 y 1969 sólo por El Teniente). Los trabajadores chilenos se vieron sobrecargados por este peso. En julio de l97l, Allende explicó que los monopolios estadounidenses habían invertido entre 50 y 80 millones de dólares en Chile y que sus ganancias ascendieron a 1.566 millones de dólares. Por lo tanto, dichas empresas debían a Chile unos 642 millones de dólares.


La nacionalización del cobre en julio de 1971 representó un gran avance. Asimismo se nacionalizaron la industria del carbón, las minas de hierro y de nitratos, la industria textil, ITT, INASA, etc.

Una serie de reformas sociales en beneficio de la clase trabajadora también sirvieron para aumentar drásticamente el apoyo popular del gobierno: distribución gratuita de leche a los niños en los colegios, congelación de los alquileres y precios, aumento de salarios y pensiones...

Estas medidas a su vez dieron un enorme empuje al movimiento de las masas. Por fin los sectores más atrasados, apolíticos y apáticos de la sociedad vieron un gobierno que actuaba en su beneficio. El resultado fue una creciente ola de radicalización en el campo y en la ciudad.


La incapacidad del gobierno Frei para llevar a cabo una reforma agraria seria fue una de las principales razones de la victoria electoral de Allende. En vísperas de las elecciones, la situación en el campo se caracterizó, en palabras del ex ministro de Agricultura de la UP, Jacques Chonchol, por "una frustración creciente". Él mismo explica cómo la puesta en marcha de la nueva reforma agraria se debió a la fuerte presión de las masas rurales:

"El primer aspecto que tuvo que abordar el gobierno de la Unidad Popular en su política agraria fue el de acelerar el proceso de las expropiaciones para responder a la presión e inquietud de los campesinos. Éstos, en efecto, pensaban que puesto que el nuevo gobierno era de los trabajadores, todas sus diversas aspiraciones de acceso a la tierra debían ser satisfechas del modo más rápido posible". (Chile-América, nº 25-26-27, pp. 27-28, el subrayado es nuestro).


Por otra parte, los latifundistas empezaron una campaña sistemática de sabotaje, abandonando sus tierras y desmantelando las instalaciones de sus haciendas. Muchos de ellos ya estaban financiando grupos armados de la ultraderecha con el fin de resistirse a la reforma agraria. Pablo Goebels, un gran terrateniente de la provincia de Cautín, afirmó públicamente que cualquier funcionario del gobierno que intentara expropiar sus tierras sería recibido con ametralladoras. Según un informe oficial de la policía, ás de 2.000 hombres han sido reclutados en comandos de asalto con el fin de provocar el fracaso del sistema de transporte, interrupciones en el abastecimiento de agua, gas y electricidad, y de esta manera causar un descontento generalizado". (Militant, 1/10/71).


Desde el primer momento la clase dominante chilena estuvo haciendo sus preparativos para un golpe. Como explica el mismo artículo:

"Mientras que Allende predica la ‘responsabilidad’ y la ‘disciplina’ a las masas, la reacción está acumulando fuerzas para un golpe. Profundamente deprimidos por la victoria de Allende y asustados por el movimiento de las masas, los terratenientes y los capitalistas comprenden la imposibilidad de derrocar a Allende inmediatamente. Están dispuestos a esperar. No obstante, se están haciendo preparativos cuidadosos, se están recogiendo armas, los altos mandos del cuartel general están conspirando. El peligro es muy real".

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