Entrando en alianzas, incluso coyunturales, con estos elementos, estaríamos diciendo a los campesinos y pequeños comerciantes: "Esta gente ahora son nuestros aliados. Podéis olvidar lo que hicieron antes. Todo fue un pequeño malentendido. Pero ahora van por el buen camino y podéis confiar en ellos". Pero lo que deberíamos decir es todo lo contrario: "Estos son los hombres que ayudaron a Pinochet a subir al poder. Sus manos están manchadas con la sangre de obreros y campesinos. Ahora quieren engañarnos otra vez. Son los representantes más sutiles, más demagógicos y, por lo tanto, los más traicioneros, de los bancos y los monopolios. Si queréis luchar por el pan y por la libertad, rechazad sus ofrecimientos y confiad sólo en vuestras propias fuerzas".
Sólo así los socialistas chilenos ayudarán a los obreros y campesinos a comprender el auténtico papel de
El actual régimen es mucho más inestable de lo que pueda parecer a simple vista. Precisamente ésta es la explicación del intento por parte de Washington de distanciarse de Pinochet. Los estrategas del imperialismo no tienen la más mínima confianza en la capacidad de supervivencia de
| ARGENTINA | CHILE |
Ejército | 80.000 hombres | 50.000 hombres |
Marina | 32.900 hombres | 24.000 hombres |
Fuerza Aérea | 17.000 hombres | 11.000 hombres |
Total | 129.900 hombres | 85.000 hombres |
Las tensiones entre ambos países han aumentado considerablemente, con una guerra comercial ya en marcha. Pero, además del conflicto con Buenos Aires, Chile tiene también disputas territoriales con Perú, Bolivia (que rompió las relaciones diplomáticas con Chile alegando que el gobierno de Santiago no había mostrado "suficiente flexibilidad" para facilitar a Bolivia el acceso al Pacífico) e incluso con Brasil, por el Alto Paraná. Por todas estas razones,
Una guerra entre Chile y Argentina, con la posibilidad de una intervención armada por parte de Perú y Bolivia para recuperar sus territorios perdidos, efectivamente sería una locura, o mejor dicho una catástrofe, con unas repercusiones muy graves para toda América Latina. El imperialismo norteamericano haría todo lo posible para evitarla. No obstante, no hay que olvidar que una "locura" parecida, la intervención de los coroneles griegos en Chipre, provocó la caída de
Por todas estas razones,
Parece que hay alguna gente que nunca aprende. Pinochet sólo considerará la posibilidad de una "retirada" -negociada o no- cuando el movimiento de las masas le obligue a salir. Por su parte, a pesar de su creciente preocupación, Washington no tiene ninguna prisa en derrocar a Pinochet, aun suponiendo que estuviese en condiciones de hacerlo. Pero sí duda de la posibilidad de mantener la situación bajo control con los brutales métodos de antes. Dentro de algún tiempo -uno, dos o tres años, dependiendo de la situación del país, el resurgimiento del movimiento obrero, las divisiones en el seno de
Aquí es donde surge un enorme peligro para el movimiento obrero chileno. Tras la caída de Pinochet, la idea de los estrategas del imperialismo y de la burguesía es la formación de un gobierno de coalición entre
Por otra parte, la burocracia reformista de
El minúsculo Partido Radical, de escasa implantación entre la clase obrera chilena, no cuenta con base suficiente para la formación de una coalición con
El PSCh, pues, es una pieza clave en la situación. Sin la presencia de los socialistas, un gobierno de colaboración de clase no sería viable. Por eso hay enormes presiones para que el PSCh participe en esta nueva conspiración antiobrera en Chile.
Desgraciadamente, un sector de los antiguos dirigentes socialistas ha cedido a las presiones ejercidas de diversas maneras por los estalinistas, que cuentan con medios muy poderosos, sobre todo en el exilio. El enfrentamiento entre los elementos pro estalinistas, que favorecen abiertamente una política de colaboración de clase, y los cuadros socialistas en Chile que están luchando por la renovación revolucionaria del partido en el interior ha conducido a una ruptura en el socialismo chileno.
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